| El Nuevo Siglo
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Domingo, 17 de Marzo de 2019
Redacción Política
Los dirigentes prolongan su distanciamiento de cara a las elecciones de octubre

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Lo que parecía ser un detalle menor terminó siendo síntoma de un enfriamiento en las relaciones al interior de la oposición, que podría tener serias repercusiones para la izquierda de cara a las elecciones de octubre.

Como lo publicó EL NUEVO SIGLO la semana pasada, causó extrañeza que el lunes, en el estreno del derecho a replicar las alocuciones presidenciales, establecido en el Estatuto de la Oposición, entre los congresistas que acompañaban a la representante por Bogotá, Juanita Goebertus, de la Alianza Verde, no estuviera el senador Gustavo Petro, de Colombia Humana.

Oposición a Duque

Sin embargo, como se verá en las expresiones emitidas por Petro a través de las redes sociales, todo parece indicar que hay un afán por marcar límites con el exgobernador Sergio Fajardo.

Las tensiones entre Petro y Fajardo, cuyas candidaturas presidenciales llegaron a dividir al Polo Democrático y a la Alianza Verde, tuvieron su máxima expresión cuando el exmandatario antioqueño anunció que votaría en blanco en la segunda vuelta.

Pero por encima de esa polarización irreconciliable, la izquierda tiene una necesidad insoslayable: buscar la forma de capitalizar de la mejor manera posible los positivos resultados que las candidaturas de Petro y Fajardo lograron en ciudades como Cali y Bogotá, donde derrotaron ampliamente al hoy presidente Iván Duque.

Por ello había interés de parte del Polo y los verdes, socios del movimiento Compromiso Ciudadano en la Coalición Colombia que acompañó a Fajardo, de perseverar esa alianza para los comicios regionales de este año, pero al mismo tiempo de tender puentes con quienes estuvieron con Petro, como las organizaciones políticas que integraron la Lista de la Decencia, particularmente la Unión Patriótica y el Movimiento Alternativo Indígena y Social (MAIS), así como con el partido Farc, entre otras fuerzas.

Un síntoma de esto fue cómo los senadores Petro y Jorge Enrique Robledo, del Polo, zanjaron sus roces para despejar el buen desarrollo de la bancada alternativa en el Congreso por encima de las diferencias que, como lo dijera el fallecido jurista Carlos Gaviria en entrevista concedida a este Diario hace una década, son las que históricamente han marcado a la izquierda criolla.

El caso es que el 12 de agosto los concejales Álvaro Argote, presidente del Polo, y Holman Morris, de Colombia Humana, lograron un encuentro entre Robledo y Petro, que quedó plasmado en una foto en la aparecían los cuatro sonrientes y abrazados.

Robledo escribió en sus redes sociales que en la conversación “coincidimos en las muchas razones que tenemos para oponernos al gobierno de Iván Duque en defensa del verdadero progreso del país. También analizamos las elecciones del 2019”.

En noviembre, cuando Robledo, Petro y la senadora verde Angélica Lozano le hicieron un debate al fiscal Néstor Humberto Martínez por el escándalo de Odebrecht, y la legisladora uribista Paloma Valencia presentó en la plenaria del Senado el famoso video del exalcalde de Bogotá recibiendo una bolsa con dinero, el congresista del Polo calificó esa acción como una “astucia politiquera”.

“El doctor Petro tendrá que dar sus explicaciones, pero no me diga que no es una astucia politiquera. Eso es una desvergüenza para proteger al fiscal”, aseguró entonces Robledo.

Juntos, pero no revueltos

Pero si el Polo y los verdes tendieron puentes con el petrismo, Fajardo quemó los pocos que pudieran quedar, resistiéndose a confluir para las alcaldías de Cali y Bogotá en candidaturas que recogieran los resultados de mayo y junio.

Volviendo al día de la réplica, con Goebertus estaban congresistas verdes (Antanas Mockus, Antonio Sanguino, León Fredy Muñoz, Jorge Eduardo Londoño y Juan Luis Castro), del Polo (Robledo y Alexander López), del partido Farc (Carlos Antonio Lozada, Sergio Marín y Jairo Cala) y la Lista de la Decencia (Aida Avella, María José Pizarro y Davis Rocero), pero se da por sentado que la posición expuesta es compartida con Colombia Humana y MAIS.

Petro manifestó en sus redes sociales que Goebertus fue “la persona indicada para la réplica”, pero reclamó saber “quién le sugirió cambiar la fecha de la movilización que se había consensuado con los jóvenes”.

La representante Goebertus respondió por la misma vía que “en el chat de bancada de oposición se habló del 18 y en la grabación los presentes dijeron que así debía ser”, tras lo cual criticó “que estemos hablando de fechas y de Whatsapp, en vez de sobre cómo transformar los territorios más afectados por la guerra”.

Al replicar, Petro comentó que “lo mejor si se quiere una confluencia es la franqueza”, señalando que el cambio de fecha “expresa un profundo sectarismo contra la Colombia Humana” y que el hecho de que “el candidato presidencial que apoyaron no los acompañe en las luchas que hoy hay que dar y yo mantenga las banderas firmes, no debe incomodarlos”.

En seguida expresó: “Retrasan las tareas de construir una oposición resistente política y social al fascismo violento creciente en el gobierno por estar esperando a Fajardo. Pues invitemos a Fajardo para que sea capaz de subirse a una tarima conmigo el 18 de marzo en defensa de la paz de Colombia”.

Por lo pronto Fajardo no ha dicho nada directamente, limitándose a invitar a sus compañeros de Compromiso Ciudadano “este lunes 18 a las 5 p.m. a caminar para cuidar la paz y avanzar en la reconciliación”, mientras que en un comunicado esa agrupación política señaló que la movilización de mañana es para “apoyar el acuerdo de paz y pedir se protejan las instituciones creadas para implementarlo, particularmente la JEP”.