
GRATITUD con todos los colombianos por haberle permitido estar 8 años al mando del país, un “mea culpa” tanto por los errores que pudo haber cometido por lo que le faltó hacer, un llamado a “no dejarse robar la paz” y la promesa de que no será “un aguijón en la nuca de su sucesor” hizo el presidente Juan Manuel Santos en su discurso de despedida a la Nación.
Al iniciar su alocución radiotelevisada, dijo que era la última vez que se dirigía como presidente de la República y que lo hacía “con mucha emoción y con una profunda gratitud en el corazón, por haber tenido el privilegio, el honor y la responsabilidad de dirigir los destinos del país durante los últimos ocho años”.
Dijo que cumplió en gran parte su propósito de tener una Colombia en paz, con mayor equidad y mejor educada…”Pero será la historia la que dará el último veredicto”, indicó Santos.
Reiteró varias veces su gratitud con todos los colombianos, exaltó los maravillosos recuerdos y los sinsabores que le han dejado estos 8 años en la Casa de Nariño.
El saliente mandatario deseo todos los éxitos posibles a su sucesor, Iván Duque, quien este mares asume el poder y anticipó que no molestará ni intervendrá en su gobierno.
“Yo seguiré la regla dorada, que ha marcado el camino de las grandes filosofías y religiones: Tratar a los demás como uno quisiera ser tratado.
Por eso, cumpliré –si me permiten– mi promesa de no molestar, de no intervenir, de no ser un aguijón en la nuca de mi sucesor. Cada presidente manda en su tiempo. Y el mío termina mañana.”
Paz
Santos volvió a exaltar el acuerdo logrado con las Farc y que puso fin a cinco décadas de cruenta violencia. Al respecto dijo que “un gobernante puede perseguir la popularidad de corto plazo y las encuestas, o puede seguir el mandato de su voz interior, de su conciencia, que le dicta qué es lo correcto. Yo preferí el segundo camino… Y mi conciencia me dijo: Colombia no puede resignarse a sufrir una guerra sin fin, como si fuéramos un país condenado a la violencia. Si existe una oportunidad, ¡una sola oportunidad!, de parar esta guerra, tenemos que intentarlo”.
Agregó que una vez se logró la terminación del conflicto con las Farc “podemos, por fin, entre todos, comenzar a construir la paz: una paz duradera, una paz estable, una paz que evite el surgimiento de nuevas guerras” y fue por ello que pidió a todos los colombianos trabajar por lograr la pacificación nacional.
Admitió que falta mucho porque ninguna paz es perfecta ni fácil de consolidar y, por ello, indicó, que “la defensa de la vida tiene que ser siempre nuestra cruzada” y que “la paz es de todos los colombianos, de ustedes. ¡Cuídenla! ¡Defiéndala! ¡Háganla crecer y multiplicarse por toda nuestra geografía… en nuestros campos y ciudades… en nuestras comunidades y familias… en el interior de nuestras almas”
Finalmente aseguró que se va tranquilo y anunció que “me voy tranquilo. Me retiro de la política y de las veleidades partidistas y electorales. Pero seguiré trabajando –desde otros ámbitos– por las víctimas y por la paz”