La misma semana eligen Colombia y Venezuela | El Nuevo Siglo
Foto archivo AFP
Martes, 6 de Marzo de 2018
Redacción internacional
Siete días antes de que los colombianos voten en la primera vuelta, 27 de mayo, el vecino país celebra los comicios presidenciales, un escenario que incide en las propuestas hechas por algunos partidos en Colombia, como en la narrativa del chavismo

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Algunas veces han coincidido en el año, como en el 2006. Esa vez, Álvaro Uribe se enfrentaba por su reelección contra Carlos Gaviria, mientras que Hugo Chávez hacía lo mismo en Venezuela con Manuel Rosales, hoy libre después de varios años preso.

Entre tentativas de guerra y una crisis humanitaria calificada por los organismos multilaterales como “prioritaria”, en el 2018, Colombia y Venezuela vuelven a tener elecciones el mismo año, el mismo mes y, casi, la misma semana.

Las campañas

La Registraduría Nacional de Colombia fijó la primera vuelta para el 27 de mayo, fecha en la históricamente los colombianos han votado. Para elegir este día, tuvo que guiarse en el calendario electoral, cuyos comicios a Senado y Cámara serán el próximo domingo, 11 de marzo.

En un escenario distinto, tanto a nivel institucional como político, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela, dirigido por Tibisay Lucena, acusada de estar al servicio del chavismo, decidió fechar las presidenciales para el 22 de abril, tras el pedido hecho por Diosdado Cabello desde la Asamblea Nacional Constituyente.

La semana pasada, luego que Henri Falcón -candidato de una parte minoritaria de la oposición- decidiera postularse a las presidenciales, la autoridad electoral, tras presuntas conversaciones con éste, anunció que posponía los comicios presidenciales hasta el 20 de mayo, siete días antes que la primera vuelta en Colombia.  ¿Qué efecto tendrá esto en ambos países?

No es mentiras que la difícil situación por la que pasa Venezuela ha tenido un efecto directo en la campaña colombiana. La mayoría de candidatos, de una u otra manera, han tenido como referencia la crisis del vecino país, para proponer planes de choque o plantear modelos de país que tomen distancia del socialismo del Siglo XXI,  sistema de gobierno chavista, que tuvo réplica en otros países.
 

Liderado por el expresidente y senador, Álvaro Uribe, el Centro Democrático ha dirigido su campaña sobre la base de “no convertirse en una segunda Venezuela”, lema que toma más fuerza si se pone en contexto el escenario electoral que enfrenta el vecino país, donde Nicolás Maduro compite por su reelección contra escasos tres candidatos, algunos de ellos vistos como piezas puestas por el régimen.
 

El mensaje del partido de Uribe, de no tener un contexto preelectoral en Venezuela, tal vez no tendría el efecto que está logrando,  tal como indican los últimos sondeos. La falta de garantías electorales de Maduro y su cúpula, al adelantar los comicios presidenciales ocho meses antes de lo previsto (diciembre), ha puesto en evidencia la falta de garantías democráticas en el vecino país.

Esto ha llevado a que el miedo en el electorado colombiano sea grande, si se entiende que algunos de los candidatos en contienda, como Gustavo Petro, Rodrigo Londoño y Piedad Córdoba, proponen modelos similares al chavismo, tanto en términos constitucionales, como políticos y económicos.

Algunos de ellos, sin embargo, han negado su cercanía con el régimen de Maduro, aludiendo que admiran a Hugo Chávez, pero toman distancia del actual mandatario, acusado de crímenes de lesa humanidad y de limitar las importaciones de alimentos y medicinas, un escenario que ha creado una catástrofe humanitaria.  

La catástrofe humanitaria, que se calcula ha llevado a que 926.000 personas (entre legales e ilegales) migren a Colombia, se ahonda en la medida en que se acercan las elecciones presidenciales. Según un estudio de la encuestadora Datos Group, con sede en Caracas, estima que cuatro de cada diez venezolanos planean irse del país en los próximos 12 meses.

El hecho de que Maduro, candidato del oficialismo, que ha enfocado parte de sus recursos en incentivar el voto partidista (por el PSUV), tenga casi todas las posibilidades de ganar, hace que muchos venezolanos prefieran inmigrar, antes que enfrentar la grave crisis económica y política.

La mayoría de ellos, como muestran los estudios, transitan por Colombia hacia otro país o se han quedado acá, modificando las dinámicas laborales y de seguridad, situación que se ha convertido en la bandera electoral de varios candidatos.

Retórica electoral

El tono, en la medida en que avanza la campaña, se ha vuelto más agresivo, de parte y parte. Es claro que Nicolás Maduro, cuya popularidad no pasa del 25%, no tiene el apoyo popular para reelegirse, hecho que lo ha llevado a aumentar el discurso nacionalista contra Colombia.
 

La experiencia dice que un régimen suele buscar un enemigo externo, cuando no tiene apoyo de local. Esta tesis semana tras semana se ha confirmado en el caso de Maduro, quien, en varias oportunidades, ha dicho que desde Colombia se fragua un plan “para invadir Venezuela”, orquestado por “la oligarquía”, las fuerzas militares y los Estados Unidos.

Pese a que el gobierno colombiano y el Ejército han desmentido esa acusación, Maduro y Cabello insisten en esta narrativa. Con el hashtag #NoALaInvasiónExtranjera, se ha promocionado la idea de una posible invasión de Colombia al vecino país, situación que tomó fuerza luego de que el régimen dijera que la visita del Almirante Kurt Tidd, jefe del Comando Sur de EU, a la frontera colombiana y la concentración de militares brasileños en Roraima -borde fronterizo brasileñovenezolano- tenía como propósito organizar la “invasión”.

Acostumbrado a exasperar el sentimiento anticolombiano en Venezuela,  Maduro ve en las elecciones colombianas una oportunidad más para atacar a los candidatos de derecha, a quien culpa de intervencionismo y de aliarse con la “oligarquía” venezolana.

Mientras, algunos le apuntan a que una semana antes de la primera vuelta en Colombia, Venezuela ya tenga su presidente, que salvo algo extraordinario será Maduro, generando un efecto positivo para aquellos que se distancian del modelo chavista.