
Sigue la polémica dentro del Partido Liberal sobre si realmente existe una disidencia antigavirista o si sus promotores piensan con el deseo.
Entre los exministros que renunciaron la semana pasada está Guillermo Rivera, quien indicó que en la carta de dimisión exponen algunas razones por las cuales tomaron la decisión.
"Uno no puede hacer parte de una organización que no defiende las causas que uno defiende y nos parece que estamos sobrando. El paso que sigue es que los liberales que no nos sentimos representados en el partido pero que seguimos pensando como liberales, nos reunamos y revisemos qué opciones hay hacia el futuro", sostuvo.
El exministro Rivera también manifestó que el apoyo al presidente Duque, cuando era aspirante a la Presidencia, fue una decisión que tomó César Gaviria como director del Partido Liberal, con algunos parlamentarios, pero "no hubo un análisis" con toda la colectividad.
"Desafortunadamente así ocurrió y no nos sentimos representados en esas decisiones. Yo tampoco veo que el Partido Liberal en este momento tenga un norte ideológico. No conozco la agenda del partido para los próximos años", dijo Rivera.
Sin embargo, el senador Rodrigo Villalba insistió en que “registramos hoy un conato de crisis con algunos dirigentes anunciando deserción del partido, con ánimo inquinoso contra la dirección de la colectividad. Los disidentes han querido maximizar ante los medios lo que está pasando, hablando de ‘firmatones’, renuncias colectivas, crisis irreversible y no es tanto, aun cuando respetamos y no soslayamos a los que están en ese empeño divisionista, donde reconozco la importancia de dos personalidades, los juristas Ramiro Bejarano y Yesid Reyes”.
“Sin demeritar a los demás y sin subestimar lo que está ocurriendo, no creo que vayan a generar fracturas ni menos un terremoto político. La verdad acá no veo a un Gaitán ni a un López, ni a un Lleras, ni a un Galán. No veo un liderazgo fuerte que haga cimbrar los cimientos del partido, como tampoco algo o alguien que produzca una disidencia colectiva o una ruptura que no se pueda reparar”, consideró Villalba.
“He tenido una consideración especial con los exministros Cristo y Rivera, pero no comparto su posición”, señaló Villalba, agregando que “su renuncia genera la salida del partido al que siempre pertenecieron con pasión, dejando un sabor amargo y lo peor, un craso error. Esta no es la hora de la deserción. ¿Por qué no pensaron en instar un congreso en donde el liberalismo se reencontrara y todos pudieran hacer críticas y cuestionamientos, pensando con actitud propositiva para actuar hacia el fortalecimiento de la colectividad roja?”.