
El 11 de junio de 2021, luego de 35 años de estar a la vista de los viajeros que llegaban al aeropuerto internacional El Dorado, el Monumento a Isabel la Católica fue retirado sobre las 5:00 a.m., por la Dirección de Patrimonio y Memoria del Ministerio de Cultura.
“Con el objetivo de abrir un diálogo mediante el cual se invita a reflexionar sobre el significado y valor del Patrimonio Cultural, MinCultura realizó el desmonte de las esculturas del Monumento a Isabel la Católica y Cristóbal Colón”, rezaba el trino que envió la cartera en cuestión para explicar su decisión.
A la fecha, muchos residentes de la Capital desconocían la ubicación de la emblemática escultura que rendía homenaje a la reina que creó las Leyes de Indias. Bajo esta premisa, EL NUEVO SIGLO habló con el Ministerio de Cultura, quienes confirmaron que, actualmente las esculturas de Isabel la Católica y Cristóbal Colón se encuentran ubicadas, de forma temporal en la estación de la Sabana, bajo su custodia.
El Presidente condecorado y la Capital sin monumento
No deja de ser paradójico que mientras el presidente Gustavo Petro en su visita a España recibió la orden Isabel la Católica, una de las condecoraciones más importantes que da el Estado Ibérico; el monumento histórico en cuestión haya sido retirado de la capital de Colombia.
Su última ubicación fue en la avenida El Dorado con la carrera 97. Allí, la Dirección de Patrimonio y Memoria del Ministerio de Cultura realizó las acciones para el traslado de las esculturas del “Monumento a Isabel la Católica y Cristóbal Colón”, que cuentan con declaratoria como ‘Bien de Interés Cultural del ámbito Nacional’ por la Resolución 395 de 2006, expedida por esa cartera.
“Esta decisión se sustenta en el deber del Estado de proteger el patrimonio cultural de la Nación, según la Constitución Política de Colombia en sus artículos: 8°. «Es obligación del Estado y de las personas proteger las riquezas culturales y naturales de la Nación» y 72°. «El patrimonio cultural de la Nación está bajo la protección del Estado […]»; función que se desarrolla en el artículo 1º. del Decreto 2120 de 2018, donde se precisa que el Ministerio de Cultura debe «proteger, conservar, rehabilitar y divulgar el Patrimonio Cultural de la Nación como testimonio de la identidad cultural nacional, tanto en el presente como en el futuro»”, explicó el Ministerio de Cultura a este Diario.
EL NUEVO SIGLO habló con Iván Angarita Uribe, periodista, catedrático y consultor del Festival Internacional de Historia de Villa de Leyva, sobre la importancia de los monumentos históricos y el impacto de su retiro para la ciudad.
“Los monumentos son epicentros auténticos de la historia de un país, nos otorgan la parte de nacionalidad porque ellos atesoran objetos valiosos, documentos originales, piezas y figuras que exaltan el valor patrimonial de una ciudad o de un país. Por eso tienen su carácter excepcional y requieren ser conservados y preservados por su significado cultural histórico y social”, explicó.
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El experto, sostuvo la importancia de tomar conciencia en torno a la preservación de los monumentos históricos. “Por los problemas derivados de las marchas de los jóvenes que no respetan, en gran parte por la gente absurda que cree que tumbando un monumento se hace patria, han tenido que ser reubicados. Lo que debe quedar claro para la cultura de la gente es que los monumentos son parte viva de la historia de una ciudad, de una nación y que ese valor patrimonial debe ser respetado y preservado porque de lo contrario seremos el hazme reír del mundo”, concluyó.
Decisión del Consejo Nacional de Patrimonio para su retiro
De acuerdo con el artículo 4º. de la Ley 1185 de 2008, el Consejo Nacional de Patrimonio Cultural (CNPC) es el órgano encargado de asesorar al Gobierno Nacional en cuanto a la salvaguardia, protección y manejo del patrimonio cultural de la Nación. Adicionalmente, el numeral 8 del artículo 2.3.2.3. Funciones, del Decreto 1080 de 2015, estipula que el CNPC asesorará «al Ministerio de Cultura en los aspectos que éste solicite relativos a la regulación, reglamentación, manejo, salvaguardia, protección, recuperación, conservación, sostenibilidad y divulgación del patrimonio cultural de la Nación».
“Así, en la sesión nº. 3 del 12 de mayo de 2021 del Consejo nacional de Patrimonio se discutió sobre la necesidad de acometer medidas urgentes de protección al monumento, mediante su retiro, debido al inminente riesgo de derribamiento que corría. Precisamente, hubo tres intentos de derribamiento, y fue gracias a la mediación de la Dirección de Patrimonio y Memoria que se evitó que esto ocurriera”, sostuvo el Ministerio de Cultura.
¿Bajo amenaza de destrucción?
El 9 de mayo del 2021, en medio de protestas lideradas por el Movimiento de Autoridades Indígenas del Sur Occidente (AISO), miembros de la comunidad intentaron derribar la estatua, según denunció la Secretaría de Gobierno de Bogotá.
“En este sentido, se les consultó a los miembros del Consejo, entendiendo la complejidad del tema, qué opinión tenían al respecto. El consejo consideró que, de acuerdo con la normativa sobre la protección de bienes de interés cultural, el Ministerio de Cultura está en la obligación de evitar afectaciones que puedan poner en peligro la materialidad de las esculturas. La decisión de retirarlas se tomó previendo que, por su eventual derribamiento, se ocasionaran deterioros mayores, incluso irreversibles, a los daños que ya presentaban las dos esculturas como consecuencia de acciones contrarias a su conservación; además de posibles afectaciones a la ciudadanía frente a una caída no controlada”, explicó el Ministerio de Cultura.
EL NUEVO SIGLO consultó la fecha en la que estos monumentos históricos serían reubicados en un lugar permanente, a lo que el Ministerio de Cultura respondió que no se sabe con exactitud.
“Luego de un proceso de intervención en conservación-restauración durante 2022, se encuentran resguardadas en una cabina mientras se consolida el proceso de la pátina, aplicada en el proceso de restauración”, sostuvo el Ministerio.
Las estatuas de Isabel la Católica y Cristóbal Colón llegaron a Colombia en el año 1987, estuvieron guardadas durante casi una década y a lo largo del siglo XX han sido reubicadas en repetidas ocasiones. Fueron elaboradas por el escultor italiano Césare Sighinolfi para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento de América.
La reina de Castilla y reina consorte de Aragón, Isabel la Católica, escribió en su última voluntad: “No consientan ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes, manden que sean bien y justamente tratados, y si algún agravio ha recibido, lo remedien”; según relata la historia.