Venezuela: La minería se está ‘robando’ el futuro de miles de niños | El Nuevo Siglo
LOS NIÑOS extraen oro a través de pequeños hoyos para sobrevivir
Viernes, 22 de Septiembre de 2023
Redacción Política

LAS AULAS de clases en Venezuela están cada vez más vacías. Al respecto, el último informe de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (Encovi), presentado por la Universidad Católica Andrés Bellos (Ucab), reveló cifras impactantes.

 

Según el estudio hecho por la organización sin ánimos de lucro sobre deserción escolar, 190 mil niños y jóvenes han abandonado el colegio entre 2021 y 2022. Y todavía falta por conocerse los números de este año, aunque nada hace pensar que haya una tendencia reversible.

 

Es que la mayoría de los menores que deja el salón lo hace por un tema de supervivencia, dijo a EL NUEVO SIGLO la coordinadora del Centro de Derechos Humanos de la Ucab Guayana, Eumelis Moya.

 

Aseguró que muchos ven en el trabajo en la calle una manera de ayudar a los adultos a llevar la comida a la mesa, en medio de una grave crisis económica en el que un salario mínimo en Venezuela, que no supera los 10 dólares al mes, no alcanza ni siquiera para cubrir las necesidades básicas. Por lo tanto, estudiar no es una opción.

 

Pero lo que más preocupa es que un número significativo de niños y jóvenes que decide trabajar para sobrevivir, lo haga desde las minas del estado Bolívar, al sur de Venezuela, donde se exponen a condiciones laborales infrahumanas y a tratos crueles de parte de organizaciones criminales que operan en los principales yacimientos de oro, principalmente de los municipios Sifontes y El Callao.

 

Moya aseguró que el Centro de Derechos Humanos de la Ucab ha registrado poco más de 1.000 niños en esas minas, pero está segura de que hay muchos más.

 

Dijo a este diario que hay chicos en yacimientos de difícil acceso, que no quieren ofrecer testimonios o que su situación de vulnerabilidad es tal que prefieren omitir sus datos por seguridad. Por lo mismo, es imposible llevar un registro más preciso.

 

Aunque la mayoría de los niños que ingresa a las minas a trabajar se desplaza sin compañía de un adulto entre los municipios de Bolívar, aseguró que han conocido de tres casos similares de menores que se trasladaron desde el estado Anzoátegui, ubicado en la región nororiental del país vecino.

 

Sin embargo, el centro ha registrado el ingreso de chicos de otras regiones como Caracas, Sucre, Carabobo y Zulia, junto con sus padres, para trabajar en familia en los principales yacimientos ubicados en Las Claritas, Tumeremo, El Callao y El Dorado, consideradas estas dos últimas como las más grandes zonas auríferas de Venezuela.

 

El uso de niños para estas actividades resulta un gran beneficio para sus explotadores. Representantes de la ONG Éxodo, cuyos nombres no quiso revelar por motivos de seguridad, revelaron a este diario que su baja estatura y complexión delgada les facilita ingresar a las minas a través de hoyos de escasas dimensiones.

 

Las ganancias obtenidas por las tareas realizadas les permiten sobrevivir en un ambiente de hostilidad. Ganan de acuerdo a lo que sacan: Por ejemplo, un gramo de oro vale 50 dólares aproximadamente y cada gramo está conformado por 10 puntos.

 

“Ellos (niños) dicen que necesitan sacar al menos medio punto al día porque con eso compran una harina de maíz y queso para resolver la comida de ese momento”, dijeron.

 

Además de la minería tradicional, Moya enfatizó que muchos niños han aplicado otra modalidad conocida como minería urbana o “chaterreo”, término muy común en el argot del sector minero, que consiste en la adquisición de piezas de hierro, acero o aluminio para su reventa.

 

“Se van a instalaciones viejas, a talleres mecánicos o a lugares para obtener hierro o restos de material, para comercializarlo con recuperadoras. Una tonelada de hierro se paga en 100 dólares… Hay niños haciendo el chatarreo para recoger amasijo en carretera y revenderlo”, dijo Moya, quien también dijo que los jóvenes en el sur de Venezuela se dedican al contrabando de combustible, una actividad típica de los estados fronterizos venezolanos, donde la escasez de gasolina se ha convertido en un problema mayor.

 

Otro cuestionamiento hecho por el Centro de Derechos Humanos de la Ucab es el viaje que hacen cientos de niños sin compañía de un adulto. Moya no comprende cómo es que las autoridades no han tomado medidas al respecto.

 

“Nos preguntamos lo mismo, pues ese tema de niños solos ha decantado en temas de explotación laboral y sexual. Cuando hacemos el trazado de la ruta que hicieron para trasladarse de un municipio a otro, no comprendemos cómo pudieron llegar hasta esos lugares sin ser detectados”, manifestó.

 

Las causas

Sobre las causas de este fenómeno, tanto la Ucab como Éxodo coinciden en que la crisis en Venezuela ha llevado a miles de niños a dejar las escuelas para trabajar.

 

“Por un lado, hay un deterioro del sistema educativo en sus elementos varios como. Luego está el tema de la ausencia y deserción de maestros porque los sueldos y salarios recibidos por los docentes no son suficientes para sustentarse al día. Ganan entre 4 y 6 dólares en colegios públicos y hasta 15 dólares en colegios subvencionados”, puntualizó Moya.

 

También dijo que “si se le suma el hecho de que los papás tienen que sobrevivir y consideran que los niños tienen que trabajar, pues es una mano de obra más y una posibilidad adicional para llevar comida a la casa, entendemos el porqué de lo que está sucediendo”.

 

Hay un tema de fragmentación familiar que influye en el problema. Representantes de Éxodo manifiestan que muchas veces los niños quedan solos en casa, sin sus padres para cuidarlos o protegerlos, pues tienen que salir de la región o del país en busca de mejores condiciones.

 

“Si no tienen papa o mamá, el niño empieza a buscar trabajo o mecanismo de subsistencia”, destacó la coordinadora del Centro de Derechos Humanos de la Ucab, quien reiteró que una de las fuentes de ingreso más fácil que pueden conseguir está precisamente en las minas.

 

<RECUADRO>

 

Dormir en campamentos y comer tres veces al día

Una docente de la población minera el Callao, en el sur del venezolano estado Bolívar, cuyo nombre mantuvo en reserva, dijo a EL NUEVO SIGLO que el alto índice de niños que abandona sus estudios para trabajar en los yacimientos de oro es grande.

 

Pero también destacó la sobrepoblación en la región, debido a la cantidad de jóvenes que ingresa a la región (solo o con sus padres) para internarse en las minas.

 

“Han manifestado en reiteradas oportunidades, que han tenido que abandonar sus estudios por el trabajo. Se han quedado responsables del hogar, ya que tienen familias disfuncionales, donde los padres los han abandonado”, manifestó.

 

La docente local expresó que muchos de ellos viven en campamentos, que son pequeñas habitaciones hechas con plástico y cartón, donde carecen de calidad de vida.

 

Aún así, le han comentado que prefieren dormir allí, pero tener las tres comidas al día. “Les ha tocado difícil. Hay niñas que se han venido engañadas por otras personas, les han dicho que allá todo el más fácil”, dijo la docente, quien denunció que “existe también un alto índice de adolescentes en prostitución, tema que se toca con tacto porque no saben quién está detrás”.