EL BOMBARDEO ruso contra un mercado en el este de Ucrania, coincidiendo con una visita a Kiev del jefe de la diplomacia de Estados Unidos, Antony Blinken, quien prometió "maximizar" el apoyo al país y anunció la entrega de municiones de uranio empobrecido, dejó 17 fallecidos y 32 heridos.
El ataque se produjo en una arteria comercial de Kostantínovka, una localidad de unos 70.000 habitantes en la región de Donetsk.
El presidente Volodimir Zelenski acusó a Rusia de atacar deliberadamente a civiles y dijo que no había unidades militares "cerca" del lugar.
El bombardeo ruso fue calificado de "brutal" por Estados Unidos y de ataque "contra la humanidad" por Alemania.
Un ataque con drones explosivos rusos ya había causado en la mañana un muerto en la región de Odesa (sur), donde las infraestructuras portuarias que se utilizan para la exportación de grano suelen ser blanco de bombardeos.
El ataque en Kostantínovka tuvo lugar cuando el secretario del Estado estadounidense, Antony Blinken, realizó una visita sorpresa al país, la cuarta desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022.
"El presidente Biden me ha pedido que venga aquí a reafirmar enérgicamente nuestro apoyo, ya garantizar que vamos a maximizar los esfuerzos que estamos haciendo", dijo Blinken a Zelenski.
"Podemos ver muy claramente los importantes progresos que se están haciendo actualmente en la contraofensiva y son muy, muy alentadores", añadió refiriéndose a los esfuerzos de las tropas ucranianas en el este y el sur para tratar de recuperar los territorios invadidos por Moscú.
"Estamos felices de no encontrarnos solo este invierno", dijo a su vez Zelenski, que prevé unos meses duros en el horizonte inmediato.
Un alto cargo del equipo de Blinken indicó a la prensa que su país anunciará “más de 1.000 millones de dólares de nueva financiación estadounidense para Ucrania en el curso de esta visita".
Por su lado, un vocero del Pentágono dijo que se proporcionará a Ucrania municiones para tanques con uranio empobrecido como parte de un paquete de ayuda de 175 millones de dólares.
Los proyectiles de 120 mm son para los M1 Abrams estadounidenses, dijo el Departamento de Defensa en un comunicado, refiriéndose a los tanques que Washington se ha comprometido a suministrar a Kiev.
Esta es la primera vez que Estados Unidos informa de la entrega a Ucrania de munición de este tipo, capaz de perforar armaduras, pero que despierta controversias debido a los riesgos tóxicos para los militares y la población civil.
El uranio es un metal extremadamente denso que no se deforma cuando entra en contacto con su objetivo. Por ello se utiliza en proyectiles y bombas por su capacidad para penetrar.
Del lado ruso, el Kremlin acusó a Estados Unidos de "mantener a Ucrania en estado de guerra" y aseguró que su asistencia no puede "influir en el desenlace de la operación militar especial", el eufemismo impuesto en Rusia para esta invasión.
Ucrania lanzó en junio una contraofensiva contra las tropas rusas que ocupan casi el 20% del territorio de Ucrania en el sur y el este. El avance ha sido lento y difícil ante un territorio muy minado y la fiera resistencia rusa.
En el Parlamento, los diputados ucranianos votaron al relevo de Oleksiy Reznikov en el ministerio de Defensa. Su sucesor, Rustem Umerov, de 41 años, dijo que hará “lo posible e imposible para la victoria de Ucrania”.