Las amenazas proferidas a través de una red social contra el director musical titular de la Orquesta Filarmónica de Bogotá (OFB), Joachim Gustafsson, deben ser investigadas hasta las últimas consecuencias. La Fiscalía General, que ya abrió una pesquisa al respecto, con el apoyo de organismos especializados de la Policía, deben rastrear al autor de las intimidaciones, identificarlo y judicializarlo lo más pronto posible.
Es imperativo sentar más precedentes ejemplarizantes contra quienes, aprovechando el manto de anonimato amplio que permiten estas plataformas electrónicas de circulación de contenidos, amenazan, calumnian e injurian.
Afortunadamente, las autoridades cuentan con elementos tecnológicos que les permiten poder seguir el rastro en la red de usuarios infractores y encontrar pistas digitales para poder identificarlos.
Las amenazas a Gustafsson son preocupantes, no solo porque se trata de varios mensajes que lo conminan a irse del país, sino porque se señala claramente que se podría acudir a medios violentos para concretar ese objetivo.
El artista sueco, que viajó temporalmente a su tierra natal, pero ya anunció que retornará a Colombia próximamente, ha tenido desde mediados de 2021 un desempeño muy reconocido al frente de la OFB. Cabe recordar, incluso, que su designación se hizo acudiendo a un acto democrático en donde los músicos que hacían parte de la orquesta lo eligieron de una terna planteada por la Dirección General de la institución cultural. De hecho, esa baraja se confeccionó con base en un listado de diez nombres que habían presentado los propios músicos con los perfiles que consideraban más idóneos para el cargo.
En el caso de Gustafsson, por ejemplo, se tuvo en cuenta su larga trayectoria artística, toda vez que había sido director titular de la Orquesta Sinfónica de Borás de Suecia; director artístico del Festival Tommie Haglund; miembro de la junta directiva de la Ópera Nacional de Dinamarca y profesor invitado de la Royal Danish Academy of Music, entre otras dignidades.
Lamentablemente, las amenazas en su contra han tenido un amplio eco internacional, afectando la imagen del país y alterando el cronograma de la Orquesta en lo que resta del año. Si bien lo ocurrido ha recibido el rechazo de todo el estamento cultural del país, así como de las autoridades y otros sectores, la única forma de evitar que algo así se repita es encontrando al autor de las intimidaciones y que la justicia lo procese. En el entretanto, Gustafsson debe ser protegido de forma eficiente. No basta con las expresiones de condena y solidaridad con él y la OFB, se necesita que Fiscalía y jueces actúen de forma contundente.