La industria turística en Colombia está registrando buenos resultados. Por lo menos así se desprende de tres noticias de la última semana que ponen de presente que este sector sigue consolidándose como uno de los motores productivos que sigue a buen ritmo, disminuyendo en alguna proporción los duros efectos del enfriamiento del Producto Interno Bruto, cuya descolgada drástica se confirma en el crecimiento apenas de un 0,3% en el segundo trimestre de este año.
Por un lado, Procolombia destacó que nuestro país fue protagonista en los World Travel Awards (que son los premios más importantes del sector turismo), en donde Colombia recibió 14 galardones, sobre todo a nivel suramericano.
A ello se suma que la Aeronáutica Civil puso en relieve que en el primer semestre de este año un total de 27,4 millones de pasajeros se movilizaron por esta vía, igualando lo ocurrido en el mismo lapso de 2022.
Por otro lado, la última Encuesta Mensual de Alojamiento (EMA), que publica el DANE, arrojó que el alojamiento turístico en el país mantuvo un comportamiento positivo en el primer semestre del año. Esto porque hubo aumentos, entre leves y medianos, en ingresos, personal ocupado y salarios.
Sin embargo, en la otra cara de la moneda hay situaciones que mantienen las alertas prendidas, sobre todo en lo relativo a su impacto negativo en el dinamismo turístico. Debido a que, es innegable que el clima de inseguridad y violencia que se está extendiendo en el país genera incertidumbre en muchos viajeros, sobre todo por carretera, en donde el riesgo de ser víctimas de los delincuentes es mayor.
Asimismo, los problemas en la red vial nacional, sobre todo por los taponamientos de las vías y daños a la infraestructura de puentes, tal y como los bloqueos derivados de las protestas sociales en algunas zonas, también se erigen como otra problemática creciente para el sector.
No menos alarmante es para algunos actores de la cadena productiva del turismo los efectos que puedan llegar a tener sobre los costos y operatividad los proyectos de reforma laboral y pensional. Cabe recordar que estamos ante una actividad que es intensa en la demanda de mano de obra calificada y no calificada, mezclando de forma muy recurrente el trabajo formal con el informal.
Finalmente, hay que señalar que los altibajos cambiarios, sobre todo por las oscilaciones del dólar en meses recientes, han generado un escenario incierto en muchos viajeros, ya que los costos de los destinos nacionales e internacionales varían.
Es por esa razón que desde el alto Gobierno se deben evaluar estos flancos de crisis, sobre todo para blindar el turismo lo más posible de esa complicada coyuntura.