Comienza esta semana un nuevo intento por volver a un mundial de fútbol en la categoría mayores masculino. Tras el doloroso fracaso en la intención de clasificar al de Catar, la selección Colombia, ahora dirigida por el técnico argentino Néstor Lorenzo, quiere hacer un borrón y cuenta nueva, con un único objetivo: lograr un cupo al torneo orbital que se realizará en 2026 en Estados Unidos, México y Canadá.
A diferencia de anteriores eliminatorias, en las que al continente suramericano le correspondían cuatro plazas directas y una más por repechaje, en esta ocasión, debido al aumento de equipos que irán al mundial (pasan de 32 a 48), la situación será muy diferente.
Suramérica podrá clasificar de manera directa seis equipos y tendría oportunidad de un séptimo puesto en la fase de repesca, que se disputa con un conjunto nacional de otra confederación.
En ese orden de ideas, la mayoría de los analistas futbolísticos consideran que Colombia tiene el nivel suficiente para competir por uno de esos seis cupos directos, ya que si bien se da por descontado que selecciones como las de Brasil y Argentina (actual campeona del mundo) asegurarán sus plazas, el resto de países (ocho) podrán competir por las cuatro restantes y siempre quedará el chance del repechaje.
Sin embargo, no hay que confiarse, menos aún Colombia, que no en pocas ocasiones en el pasado creyó segura la posibilidad de clasificar a los torneos orbitales, pero al final terminó con una decepción a bordo.
La última clasificatoria suramericana es un fiel ejemplo de ello. Tras una primera parte en la que el equipo logró sumar una cantidad potable de puntos, en la segunda encadenó una serie de empates, con una sequía goleadora sin precedentes, y al final terminó por fuera de Catar pese a que tenía una nómina con jugadores de primer nivel.
Por lo mismo, ahora, desde el primer partido con Venezuela, este jueves en el estadio Metropolitano de Barranquilla, es necesario que tanto el técnico como todos los jugadores se concienticen de que es necesario ver cada encuentro como definitivo y no confiarse en que hay una mayor cantidad de cupos en juego.
Hasta el momento el rendimiento del equipo de Lorenzo en los partidos amistosos ha sido muy positivo, con triunfos en seguidilla y una buena capacidad anotadora. Sin embargo, es ahora en los partidos oficiales en donde todos esos antecedentes deben ratificarse. Llegó la hora de la verdad.