*Urnas definen futuro de un país en crisis
*Centroderecha y discurso de autoridad
En muchas elecciones presidenciales suele decirse que cada voto será determinante para decidir el futuro de la respectiva nación. Sin embargo, no en pocas ocasiones los escenarios internos imperantes llevan a que las realidades políticas, económicas, sociales e institucionales no varíen y sean más los cambios de nombres de los gobernantes que del rumbo nacional.
Sin embargo, los más de 13 millones de ecuatorianos citados mañana a las urnas para escoger Presidente de la República y 137 integrantes de la asamblea legislativa sí estarán definiendo cuál será el nuevo norte de un país que atraviesa una de sus etapas más difíciles en las últimas décadas: el crimen organizado se desdobló en varias regiones, llevando no solo a un clima de violencia generalizado, que prácticamente duplicó la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes, sino que busca cooptar los poderes institucionales de distinto nivel, ya sea corrompiendo a las autoridades o atacándolas sin cuartel.
De hecho, esta contienda proselitista ha sido la más violenta de este siglo, al punto que a mediados de la semana pasada un grupo sicarial asesinó en Quito al candidato presidencial de la centroderecha, Fernando Villavicencio, que marchaba segundo en las encuestas. La víctima no solo tenía una larga trayectoria, como periodista y asambleísta, denunciando la corrupción del correísmo y los nexos entre sectores políticos y las mafias, sino que venía prometiendo que si llegaba al poder desplegaría toda la fuerza del Estado para contener el auge del crimen organizado y sus cómplices.
Este magnicidio, que fue perpetrado por sicarios colombianos, pero del que se sospecha está detrás una alianza narcopolítica local, impactó al país y la comunidad internacional, pues puso de presente la naturaleza del reto a que se enfrentan los ecuatorianos: apoyar la primacía de las autoridades civiles, judiciales, legislativas, militares y policiales en la defensa del orden y la autoridad, o resignarse a que los carteles del narcotráfico, minería criminal, pandillas y bandas delincuenciales continúen expandiendo su cruento accionar y llevando el país al abismo.
La dura realidad que hoy vive la población de la vecina nación recalca cuánta razón le cabe al saliente presidente de centroderecha Guillermo Lasso, quien desde que asumió el cargo, en mayo de 2021, lanzó una ofensiva contra el crimen organizado, decretando el estado de excepción en muchas provincias para hacer frente al desafío delincuencial e incluso, alcanzó a impulsar un referendo a comienzos de este año que buscaba autorizar la extradición y dar más ‘dientes’ a las autoridades para combatir el narcotráfico. Lamentablemente, los partidos de izquierda que siguen las indicaciones del condenado y exiliado expresidente Rafael Correa, así como las presiones a nivel local de muchos grupúsculos delincuenciales hicieron fracasar la iniciativa en las urnas.
Tras aceptar el resultado, como lo hace todo demócrata, Lasso decidió seguir su cruzada mediante medidas gubernativas, pero la oposición en la Asamblea, dominada por el correísmo ‒que también ganó los últimos comicios regionales‒ quiso adelantarle un juicio político con pruebas espurias y amañadas, ante lo cual el mandatario acudió, en mayo, al mecanismo constitucional de la “muerte cruzada”, es decir, que disolvió el Parlamento y llamó a elecciones generales, que tendrán mañana su primera vuelta.
Es evidente, por tanto, que los candidatos que se medirán para tratar de sacar un boleto al balotaje representan, cada uno, un modelo de país distinto. Luisa González, la ficha de Correa y quien venía liderando las encuestas antes del asesinato de Villavicencio, plantea un regreso a la izquierda populista que tanto daño le hizo a la vecina nación. De hecho, afirma que el exmandatario será su principal asesor. El reconocido periodista de investigación en casos de corrupción, Christian Zurita, asumió las banderas del ultimado aspirante de centroderecha, en espera de capitalizar el voto de millones de ecuatorianos que saben que debe darse un combate frontal al crimen organizado y sus alianzas políticas. Compiten también el derechista Jan Topic ‒que busca repetir el modelo Bukele‒, el líder indígena Yaku Pérez ‒anticorreísta y nacionalista‒ y el exvicepresidente Otto Sonnenholzner ‒empresario centrista‒. Cada quien, como se dijo, piensa y planea un Ecuador diferente.
Así las cosas, la de mañana no es una elección presidencial más, como tampoco es menor el pulso por la asamblea. Siendo muy probable que se vaya a una segunda vuelta en octubre, cada voto hoy será determinante para señalar a quienes competirán en ese balotaje final que señalará timonel y nuevo norte del país.