Si bien es cierto que el Gobierno insiste en que los proyectos de reforma a la educación que está a punto de presentar al Congreso han sido amplia y detalladamente discutidos, e incluso concertados con todos los actores del sistema de enseñanza en el país, el campanazo que dieron ayer cuatro de las principales universidades ponen en duda esa circunstancia.
En un pronunciamiento de mucha profundidad, los rectores de las universidades de Los Andes, Pontificia Javeriana, La Sabana de Bogotá́ y Eafit de Medellín llamaron tanto al Ejecutivo como al Congreso a modificar y fortalecer algunos elementos clave del proyecto de ley estatutaria que la Ministra del ramo anunció que radicará en el transcurso de esta semana o la próxima.
Para los voceros de los cuatro claustros de educación superior esos ajustes al borrador de la iniciativa son imperativos para lograr un sistema de educación pluralista, moderno, incluyente, equitativo, pertinente y sostenible que dé respuesta a los grandes desafíos nacionales y que, además, garantice el acceso progresivo de todas las personas a una instrucción con calidad.
Una de las alertas tempranas que se han prendido sobre el alcance de los dos proyectos que presentará la cartera (uno elevando la educación a derecho fundamental y el otro reformando la normatividad de la educación superior) se dirige a que se estaría abriendo paso a una excesiva estatización de este sistema en Colombia. No hay que olvidar que en las reformas a la salud y pensional se ha denunciado una tendencia similar, lo que ha generado grandes críticas a esas iniciativas, cuyo trámite está paralizado.
Para los rectores de las cuatro universidades en la reforma en ciernes es urgente que Gobierno y Parlamento protejan un sistema mixto de educación en el que actores públicos, privados y mixtos puedan seguir aportando capacidad y experticia.
Esta solicitud debe tener eco en las instancias ejecutivas y legislativas toda vez que es innegable el rol que escuelas, colegios e instituciones de educación superior de carácter privado o mixto han tenido en la formación de sucesivas generaciones de estudiantes en Colombia. De hecho, los estudios y exámenes estandarizados ponen de presente que los alumnos de estas dependencias tienden a tener un mejor rendimiento que aquellos que cursaron en el sector oficial.
También resulta prioritario que se escuche el llamado de los rectores en torno a conceptualizar la educación posmedia como un sistema ágil y flexible que atienda a las diferentes necesidades, preferencias, expectativas y proyectos de vida de los colombianos. Esto bajo la premisa de que la educación superior no es la única vía para construir un propósito de vida.
El factor de financiación es clave en esta visión educativa, sobre todo teniendo en cuenta que la garantía de un mayor acceso de la población a la educación tiene que ir acompañada de incrementar la calidad de la instrucción.
El país está a la espera de que el Ministerio y el Congreso atiendan estas alertas de la academia. No hacerlo atentaría contra toda lógica y el objetivo final de consolidar una educación integral en nuestro país como factor de equidad y progresividad socioeconómica.