Manuel Peregrine, director técnico del Real Betis, en sonadas declaraciones para ABC, evocó las causas del golpe militar ocurrido en septiembre de 1973, recordando que “en ese momento gran parte del país entendía que había que hacer algo”. La opinión del valioso técnico, precisamente, por no ser la de un político, sino la de un observador imparcial, despierta el mayor interés local e internacional. Coinciden sus opiniones con las ocurrencias de presidente chileno Gabriel Boric, que recuerdan los errores acumulados por Salvador Allende, en su momento. Lo mismo que con diversos casos de gobiernos de izquierda en nuestra región, que ofrecen grandes beneficios y ayuda a las masas más necesitadas, para después condenarlos a sufrir el flagelo de la inflación, que castiga al pobre en sus productos de primera necesidad. Es tan evidente que, en Argentina, Perú, Chile, Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador Venezuela se reproducen las declaraciones del famoso técnico.
En entrevista con el diario ABC afirmó que, de no realizarse el golpe militar, “íbamos camino a una guerra civil”. “La dictadura arrastra cosas que no son justificables, pero había que vivir los parámetros que se vivían en esos momentos en Chile”. También recordó que cuando entró a la universidad en 1970 “vino el gobierno de Salvador Allende, el primer presidente comunista elegido democráticamente. “En esos tres años el país sufrió una catástrofe total. Casi 1.000% de inflación y estaba muy dividido”, dijo.
Esa es una verdad de a puño que ningún historiador medianamente serio puede ignorar. La prodición industrial, el comercio y el campo sufrieron el impacto negativo de las medidas improvisadas y demagógicas, que dieron al traste con la economía. En realidad, en ese momento las fuerzas armadas, en general, se mantuvieron expectantes, por lo que las mujeres, defensoras de los valores patrios, solían acudir a los cuarteles a pedirles a los militares que defendiesen la patria.
Lo anterior recuerda los incidentes entre los civiles y los militares, por la impresionantes y multitudinaria protesta de los bolsonaristas en frente de los cuarteles en Brasil. La situación en ese país, recuerda la de Chile, con la diferencia que Brasil es un coloso en la región. En Chile, las protestas de los indignados partidarios de la derecha estuvieron animadas, inicialmente, por las de los propietarios de camiones, que fueron los que, en Chile, al final, desencadenaron la caída de Allende y la intervención militar, para evitar como aduce Peregrine, la guerra civil. En esta oportunidad los camioneros en Chile se retiraron antes. Si hubiesen seguido, la situación de orden público habría colapsado, incluso habría sido muy difícil que Lula, consiguiera posesionarse. Lula es uno de los políticos más experimentados de la región, que, siendo promotor del socialismo del siglo XXI, se presentó como centrista y moderado frente a sus seguidores y el público de su país, vendiendo la imagen de Bolsonaro como un golpista. En tanto, el gobernante había llegado en buena lid democrática y por mayoría de votos.
Lo cierto es que de lo que se trató en Brasil fue de una protesta popular y no militar. Ahora Lula en un giro inesperado, se quita la máscara de moderado y dice que había militares apoyando a los partidarios de Bolsonaro, que atacaron las sedes de los poderes en Brasilia. Hasta ahora ha sido al contrario ni un solo militar salió de los cuarteles a apoyar la protesta popular. También, se afirma que los iracundos derechistas de Brasil seguían el ejemplo de los agitadores republicanos en el asalto de Washington. Es inexacto, desde que nuestros países se independizaron de España, las protestas populares se dirigen contra los centros de poder. En eso, la historia se repite una y otra vez.
Lo mismo que sería exagerado aducir que la izquierda pretende cometer, una y otra vez los mismos errores, para hundir la economía de los países que entran a gobernar. Más lo cierto es que nadie ha podido desmentir al técnico Manuel Peregrine, que registra esa contundente remembranza, varios países de nuestra región retrogradan económicamente, bajo la demagogia de izquierda. Por supuesto, Castillo, en Perú se cae por estar ligado a varios casos de corrupción, no deja de ser curioso en cuanto en medio de su demagogia, la economía y las instituciones siguieron funcionando y los militares apoyan el poder democrático civil. Otra gran verdad, que recordó el técnico de marras, es que el general Pinochet, convocó a un plebiscito y al perderlo renuncia al poder y restablece la democracia.