El papa Francisco, en ocasión de la conmemoración de la Independencia de México y en medio del debate suscitado por el presidente de izquierda López Obrador, quien con fines populistas pretende que los europeos y gobernantes de hoy, como los jerarcas de la Iglesia Católica, le pidan perdón a él o su país, por haber introducido la civilización occidental y el catolicismo en estas tierras, envió una epístola al obispo de ese país, la que suscitó una gran polvareda de simpatías y duras críticas, incluso de españoles, mexicanos e hispanoamericanos. En realidad, el tema suscita las mayores suspicacias y se presta hasta para derivar en el humorismo.
Colón le había propuesto al rey de Francia y a la monarquía inglesa y otros poderosos, que le colaboraran en su expedición y no encontró eco. Por mediación de clérigos de España logra hablar con la reina Isabel la Católica, quien al culminar victoriosa la guerra de liberación de su país, accede a recibir a Colón y le ayuda política y económicamente. Sin ayuda de la reina Colón no hubiera podido realizar su maravilloso sueño. Se da el hecho histórico incontrovertible del almirante Cristóbal Colón, que estaba en el mar Atlántico en desesperada y errática búsqueda de encontrar el rumbo para llegar al Asia y así romper el monopolio que los venecianos tenían de esos mercados o ruta de la seda, cuando observa en el horizonte unas gaviotas y piensa que van para algún lugar donde habrá tierra. Así que ordena desviar el curso de sus carabelas y seguirlas. Resulta que de no haber cambiado de rumbo habría llegado a las costas de Norteamérica, como antes algunos viajeros vikingos.
Las hermosas gaviotas señalan el rumbo de Colón y la historia en el nuevo mundo. Por tanto, López Obrador, tendría que comunicarse con ellas, como lo hacía otro populista de izquierda con un pajarito y adivinar su respuesta... Tras 500 años, los españoles de la actualidad poco tienen que ver con los descubridores de entonces, dado que la mayoría de ellos se quedaron aquí y tuvieron hijos, los cuales se convirtieron en criollos. Se mezclan y forman la amalgama de americanos, Nadie en este planeta tiene por qué pedir perdón por venir al mundo, puesto que a ninguno lo engendran por su propia voluntad.
Con motivo del Bicentenario de la declaración de la Independencia de México el papa Francisco, escribe: “Celebrar la independencia es afirmar la libertad, y la libertad es un don y una conquista permanente”.
“Para fortalecer las raíces es preciso hacer una reelectura del pasado, teniendo en cuenta tanto las luces como las sombras que han forjado la historia del país. Esa mirada retrospectiva incluye necesariamente un proceso de purificación de la memoria, es decir, reconocer los errores cometidos en el pasado, que han sido y en su mayoría muy dolorosos. Por eso, en diversas ocasiones, tantos mis antecesores como yo mismo, hemos pedido perdón por los pecados personales y sociales, por las acciones u omisiones que no contribuyeron a la evangelización”.
El populismo en ese asunto lo que busca es abrir las arterias de nuestra región y dividir más a los hispanoamericanos del mundo. La libertad no se entendía, ni existía en ambos mundos como hoy. Pedir a los descendientes de los primitivos pobladores de Nuevo Mundo que pidan perdón a los que desembarcan aquí y con los cuales se enfrentan y, en algunos casos, confundieron con dioses, sería absurdo y lo mismo a la inversa. La reelectura del pasado no debe ser, necesariamente, para condenarlo, sino en el sentido histórico de entenderlo. Puesto que los americanos de hoy no son los de hace 500 años y tampoco los españoles. Lo que nos une a españoles y americanos es el espíritu de la hispanidad que está por encima de las malinterpretaciones de la historia y las visiones sesgadas político-religiosas.
Lo que reclaman respetuosamente al papa Francisco, millones de gentes nacidas en esta parte del mundo o en España, en su mayoría cristianos, es que no le haga el juego al social-populismo de López Obrador y más bien condene la opresión que sufren en esta parte del mundo millones de seres por cuenta del comunismo. En ningún caso que volvamos a las discusiones bizantinas sobre el sexo de los ángeles.