Ahora resulta que el mundo de la tecnología se volvió mediático. En menos de ocho días, Twitter se volvió más importante que la guerra de Ucrania, Meta se transformó en un fotocopiador serial y, para completar, ya nadie se acuerda de los peligros de Tiktok. Vivimos, eso sí, un mundo algo más que distópico.
De todo lo que se ha dicho sobre Elon Musk y su juguete/red social me quedó con algunos trinos, parece que sarcásticos, del Tío Elon en los que más o menos decía que “hay una vida más allá de Twitter”. Diciendo sin decir que, nos está haciendo un favor. Que cambiando las reglas de Twitter nos está salvando de una droga más que adictiva. Y algo de razón tiene.
Según datos de GWI, los colombianos pasamos un poco más de nueve horas conectados a internet. Una absoluta locura. Más si se tiene en cuenta que el mismo estudio reveló que el promedio de conexión mundial no supera las seis horas. Para darse una idea, los chinos que están a la vanguardia utilizan un poco más de cinco horas la conexión a internet cada día.
Los que son usuarios de Twitter sabrán que esta es una red social adictiva. Quizá no es la red más utilizada, ni mucho menos la más popular entre las nuevas generaciones, pero para los que le cogen el tiro, sí que es adictiva. Y, sobre todo, Twitter es la red social más politizada. Lo que es el corazón de esta columna.
Twitter es la red política por excelencia. Twitter ha sido la plataforma más utilizada por los líderes políticos para comunicarse con las nuevas audiencias y los nuevos electores. Y si vamos un poco más allá, figuras como Donald Trump o Jair Bolsonaro son producto de la red del pajarito. Por esto es que las idas y vueltas de Twitter han sido noticia mundial.
Elon Musk se está transformando en una entidad política por sí mismo. Los movimientos con los que sorprende cada semana tienen algo más que tecnología y algoritmos de fondo. Se está notando cada vez más una seria intención y explicación desde el punto de vista político y quizá en el entramado geopolítico.
No podemos olvidar que todo este movimiento para limitar Twitter se da ad-portas de una nueva elección presidencial en Estados Unidos. Que estos cambios repentinos están encapsulados en medio de una guerra fría con China y una guerra caliente con Rusia (contrastada con la OTAN). Y no podemos olvidar que Twitter, con su inmediatez y su capacidad de voz a voz, ha sido supremamente influyente en lo que va de estas dos décadas.
Parece un poco increíble que el dueño de una red social haga cambios para que la gente utilice menos su plataforma. Tanto altruismo es algo más que inverosímil. En medio de tantos intentos por explicar las nuevas limitaciones de Twitter yo me la jugaría por los temas políticos y los impactos geopolíticos como tesis.
En un mundo convulsionado sería muy interesante que Meta (antes Facebook) volviera a tener una inusitada importancia antes de unas elecciones presidenciales en USA. Sí, como cuando subió Trump con una presunta ayuda de Rusia. Piensa mal y…