“Germán Vargas es el indicado para derrotar al populismo”
Es oportuno recordar aquí la famosa frase de Julio César al cruzar el Rubicón: La suerte está echada. Ello en referencia a que salía del territorio de Roma y se dirigía a someter a los temibles guerreros galos, como en efecto lo hizo para engrandecer a Roma y su nombre.
La racha de encuestas que favorecen a la izquierda sigue. Una de ellas reseña sobre la intención de voto: Gustavo Petro 23 %. Sergio Fajardo 18 % German Vargas Lleras 10 % Iván Duque 8 %. Martha Lucía Ramírez 6 %. Humberto De la Calle 5 %. Piedad Córdoba 2 % Juan Carlos Pinzón 2 %. Viviana Morales 1 %, Alejandro Ordóñez 1 %, Carlos Caicedo 1 %, Rodrigo Londoño 1 %. En tales condiciones de ser hoy las elecciones pasarían a la segunda vuelta Gustavo Petro y Sergio Fajardo, favorecidos por el apoyo de sectores de izquierda.
No quiere esto decir que las encuestas no se equivocan, ni mucho menos, ni que alguna no intente de improviso favorecer a determinado cliente. Siempre es posible la manipulación, incluso que algunas entidades se pongan de acuerdo para lograr determinado objetivo. Mas siempre está de por medio la libre competencia, el interés de cada una de sobresalir y acertar, en algo que no es una adivinanza, sino que obedece a determinados criterios de investigación científica. Cada empresa se juega su buen nombre, el prestigio se traduce en jugosos dividendos. Así como la mala fama puede conducir al desprestigio y quizá, a la ruina. También, por equívocos y yerros en la elaboración de las preguntas a interpretación de los datos, se cae en errores garrafales. Se sabe que existe un público indefinido y un tanto amorfo, apolítico y como ausente, que en últimas de tanto apartarse de lo político termina siguiendo las tendencias de las encuestas y votando por los favoritos que las mismas señalan. Las masas suelen cambiar de opinión y ser caprichosas, lo que lleva a que en la penúltima hora se produzcan cambios o se dejen sugestionar por incidentes menores o mayores, que dan al traste con todos los cálculos.
Es creíble, con alguna reserva, la evolución de la opinión que consignan las encuestas, con sus falencias, así como teniendo en cuenta la ficha técnica y el universo de encuestados. Es evidente que Fajardo refleja el inconformismo de los sectores juveniles e independientes o anti partido.
Lo que no se puede desconocer en las encuestas ni en el análisis de la opinión pública es que en Colombia se ha producido un enorme desgaste de la clase política, una terrible desconfianza por los arreglos bajo la mesa que se refleja en el encumbramiento de personajes ligados al populismo y la demagogia barata. Ello facilita la llegada a la política de toda suerte de aventureros a pescar en río revuelto en busca de seducir a las masas y capturar el poder. Tal como lo reflejan las listas al Congreso, en las que son pocos los elementos de verdadera valía y probado patriotismo.
Algunos analistas que observan de manera imparcial el acontecer político nacional, sostienen que, en torno a Gustavo Petro, se puede estar incubando un fenómeno similar al que ocurrió con su tocayo Gustavo Rojas Pinilla, cuando capitaneaba la Alianza Nacional Popular y recibió una verdadera lluvia de votos enzarzado con los partidos tradicionales en férrea diatriba. Petro y Fajardo, que encabezan las encuestas, junto con los populistas de toda laya, están “a un cacho de tomarse el poder”.
Por lo mismo digo que tal como están las cosas, para un político como Germán Vargas Lleras, la “suerte está echada”. Necesitamos en estos momentos un conductor político que sea capaz de combatir a los enemigos del sistema y de vencerlos con una dialéctica superior y mostrando sus ejecutorias. Germán Vargas, fuera de ser nieto de Carlos Lleras, aparece seriamente en política cuando su antepasado estaba retirado. Después entra a las grandes ligas con partido propio y se enfrenta a los reconocidos jefes de la política con éxito.
El problema derivado de la reforma que aprobó la reelección determinó que por dos veces le birlarán la posibilidad de llegar a la Presidencia. Además, sí, está preparado para ejercer la primera magistratura, tanto en lo teórico, como en cuanto la experiencia y capacidad de enfrentar las dificultades, que parecen ser su especialidad. Listo para cruzar el Rubicón. Fuera de esto, una nueva lectura de las encuestas muestra que es el indicado para derrotar el populismo, convocar a las masas y mostrar la ruta de una Colombia próspera, que sea capaz de convertirse en país desarrollado utilizando sus inmensos recursos, en particular el capital humano, que es su mayor riqueza.