Pocas veces en la historia de Colombia la democracia ha estado en tan mortal peligro como hoy. Pocas veces ha sido desafiado el orden legítimo con tanta pasión y alevosía por las fuerzas de la disolución y del caos. Pocas veces ha estado en la picota pública el sistema electoral como ahora. Nunca antes se había ensayado un sistema de primarias tan absurdo como el del domingo pasado, que logró dividir la derecha y el centro. Un sistema electoral donde los contendores gastaron más tiempo en insultarse y denigrar los unos de los otros, que en presentar un plan de gobierno.
En estas primarias con la diversidad y antagonismo en los que derivaron las coaliciones, lo único claro es que se daba una singular lucha sin cuartel de la izquierda en contra del sistema democrático y contra los políticos tradicionales, con sus múltiples divisiones, vanidades y personalismos. No se trata de una contienda entre pares, sino de una suerte de piñata en donde varios de los concursantes son identificados por la vanidad y la ambición de gobernar a Colombia, sin saber a ciencia cierta, fuera de lucrarse con sus conmilitones, que harán con el poder.
Lo mismo que políticos de trayectoria como German Vargas Lleras o Juan Camilo Restrepo, no salieron a la palestra y otros como los exministros Cárdenas y Echeverri, antes de tiempo se retiraron. David Barguil participa en las primarias y por estar de equipero no puede seguir como candidato conservador a la primera vuelta, al tiempo que puso menos votos que su partido, pese a que hizo una campaña sugestiva y entusiasta...Germán Vargas Lleras, con partido, prestigio y votos para lanzarse al ruedo, se quedó rezagado para armar una candidatura de última hora. Nadie mejor que él para defender el orden y el sistema, lo que tendrá que hacer en la coalición que se funde con ese fin. Y como la gran coalición anticomunista no se conforma hasta hoy, puesto que muchos no se dan cuenta que lo que está en juego es la democracia y la libertad, varios políticos tradicionales golpean a la puerta de Petro.
En tanto, muchos de los miembros del Centro Democrático y conservadores se van dónde “Fico”, como ya lo hicieron Zuluaga y Barguil. Zuluaga, experimentado exministro, por su centrismo en tiempos de polarización desanimó a sus huestes, así como sorprendió que el presidente Iván Duque votase por “Fico”. El expresidente Álvaro Uribe, en medio de la tormenta, abrió las compuertas del partido en el mismo sentido, lo que dejaba sin piso a Zuluaga. No faltan los que se suman a Fajardo, así como los inconformes que apoyan a Hernández. Ingrid Betancourt lleva al Congreso a Humberto de la Calle.
La marea urbana mira a donde Petro, animados por su discurso de barriada y los insultos de sus contendores. Votan por Piedad Córdoba, con el agua sucia hasta el cuello. El expresidente Cesar Gaviria, sin candidato liberal consigue una bancada fuerte, cuando sus adversarios pedían la renuncia. Omar Yepes, quien manejó las riendas partidistas del conservatismo por la recuperación en el Congreso. El partido de gobierno pierde varias curules. Hoy la primera fuerza es la de los parlamentarios de Petro, única vez en la historia que un precandidato presidencial colombiano de izquierda supera en votación a varios de sus contrincantes juntos. Y lo que es peor, por cuenta de las fallas en la Registraduría, siguen apareciendo votos por Petro.
El análisis que hace sobre las elecciones el expresidente Álvaro Uribe a Vicky Dávila, es franco y esclarecedor. No pudo encabezar listas al Congreso, para evitar roces con la Corte Suprema. Recorrió el país, en campaña habló cara a cara con 45.000 personas. Sufrió feroz atentado en Santa Marta, así como evitó roces con Duque. Culpa a Juan Manuel Santos de la quiebra de varias entidades de salud. Él, que conoce el país hasta en sus entrañas selváticas, hace una crítica moderada sobre lo que no se hizo en el gobierno y lo que se debe hacer. En especial, de sus contactos con la población y los contrarios, reconoce que el hambre ronda por los rincones de Colombia. Que es preciso defender la empresa privada y mejorar la condición de los humildes, quienes, también, votan.
En tanto, desde la Registraduría la empresa Indra mantienen en vilo al país, por las denuncias de fraude.