“Resulta absurdo que en las escuelas se destierre el castellano”
Uno de los focos más incendiarios del separatismo en Cataluña proviene de los maestros altamente politizados, que les inculcan a los niños y adolescentes un sentimiento antiespañol, sin contar los padres que les trasmiten a sus hijos la tendencia de la disgregación. No parecen entender que la comunidad regional y nacional desde tiempos antiguos ha sido benéfica para el conjunto de nacionalidad.
Marcelino Menéndez y Pelayo, recuerda que, en 1408, “el primer proyecto de fundar la Universidad en Barcelona fue del Rey Don Martín El Humano; y la ciudad y el concejo lo rechazaron en términos absolutos por temor que los peligros y escándalos ocasionados por la concurrencia de los estudiantes habían de ser más que los provechos”. Si bien, la comunidad de Barcelona, con el tiempo daría valiosos profesionales, que contribuyeron al desarrollo y pujanza de Cataluña. La intervención real facilita de manera decisiva elevar el nivel cultural de los catalanes y su desarrollo. En la actualidad se debe proceder a intervenir el sistema educativo. Resulta absurdo que en las escuelas se destierre el castellano, cuando es el idioma nacional.
En Colombia, en el siglo XIX, se acogieron los intentos de gramáticos que sustituían algunas palabras del castellano, para pronunciar y escribir dizque al estilo americano. El ensayo no resultó, puesto que los documentos oficiales que se publicaban con dicha ortografía y eran leídos por funcionarios del exterior, que no estaban al tanto del ensayo Y pensaban que nuestros agentes oficiales eran unos ignorantes. El idioma se forma en gran parte de manera espontánea. En Argentina, a donde llegaron millares de foráneos de distintas nacionalidades, se pensó que el italiano podría prevalecer, por la cantidad de ciudadanos de ese país que arribaron a Buenos Aires, puesto que no se había fijado en la Constitución el castellano como idioma oficial. No fue necesario, por su riqueza, conveniencia colectiva y potencia se impuso naturalmente el idioma de Cervantes, sobre las otras lenguas. El poeta Pablo Neruda, comunista y contestatario, solía decir que: los españoles de tiempos de Colón se habían llevado algunos tesoros materiales del Nuevo Mundo, pero habían dejado el tesoro incuantificable del castellano del siglo de oro.
Hace poco el ex presidente Belisario Betancur, al hacer un recorrido por la cultura occidental, en ocasión de la condecoración que le impuso la Universidad Sergio Arboleda, destacaba la Universidad de Bolonia, que, dicho sea de paso, funda el emperador Carlos V.
No faltan los falsificadores de la historia que sostienen que el Imperio Español en América se mantenía en tinieblas. Falso de toda falsedad. En 1538 se funda la Universidad de Santo Domingo, en 1553 la de Lima, la de México 1553, en Cuzco 1598 y en Sucre 1625. Es de anotar que Harvard, Yale, Princeton y Columbia, son posteriores.
La vocación humanista de las élites españolas en tiempos de Carlos V, le permite seguir la obra de su abuela, Isabel la Católica, de proteger a los indígenas. Ella estableció las 8 horas de trabajo y ningún otro país europeo aprobó un código de leyes como el de Indias.
La calidad de la Universidad en Barcelona, el músculo editorial, sus prolijas ediciones y traducciones de los grandes filósofos al castellano, contribuyen a educar el mundo hispanoparlante. El aporte al castellano de los catalanes es valiosísimo, bien pueden seguir bilingües sin intentar sofocar el idioma que se habla en España e Hispanoamérica y que es de los más importantes del mundo.
Desde el momento que en Madrid y el resto de España se hicieron los de la vista gorda con los reiterados intentos del gobierno catalán y los educadores de expulsar el castellano de las escuelas y la sociedad, era de esperarse que el secesionismo agresivo y disolvente terminara por intentar dar un golpe de Estado. En democracia, como minoría, no pueden imponerse.
Volviendo al caso del gobierno catalán que orquestó la farsa electoral y malgastó el dinero de los contribuyentes en propaganda divisionista y el fraude, pareciera que la huida a Bélgica, termina por conseguir que un tribunal imparcial y la Fiscalía reconozcan la seriedad y validez de las imputaciones contra los secesionistas. Tal como lo manifiesta el fiscal belga, quien pide que se entregue a Puigdemont, y a los cuatro consejeros que lo acompañan, a España por rebelión, malversación y otros delitos.
El gobierno de Mariano Rajoy en todo momento se ajusta a la civilidad y el Estado de Derecho, dando un ejemplo de respeto por las reglas de la democracia, lo que contrasta con la apuesta por la ilegalidad que hicieron las autoridades catalanas en el delirante intento golpista.
Quizá, que más adelante, cuando no constituyan un peligro para la sociedad, indulten a los sediciosos.