A mediados del siglo XX el famoso padre Louis-Joseph Lebret, en el estudio de Economía y Humanismo sobre Colombia, mostraba con datos inequívocos la penuria y la frustración que padecían millares de seres en el Pacífico, donde afloran casi todas las lacras de una sociedad abrumada por la incapacidad de derrotar el medio adverso, pese a estar asentada sobre una de las zonas más ricas de Colombia. Se ha dicho que el intensivo calor, la humedad, la lluvia persistente, los constantes cambios climáticos y los desafíos del atraso han sido un obstáculo insalvable para el desarrollo, al igual que el olvido de los sucesivos gobiernos.
La cantidad de obras de desarrollo postergadas como hacer el canal del Atrato, que se plantea a los colonizadores desde los primeros tiempos de la Nueva Granada, que cada cierto tiempo se retoma y después de algunos comentarios en la prensa, la Universidad o los gobiernos, languidece. Se cuenta que cuando vino a Colombia el general Charles De Gaulle, entre las cosas que propuso al gobierno del hidalgo Guillermo León Valencia fue la cooperación de Francia para hacer dicho Canal. El gobierno francés designa a un joven y talentoso abogado, Gabriel Melo Guevara, para que adelante gestiones con el equipo de Valencia en ese sentido. Poco se avanzó y el crucial proyecto se archivó.
Es de recordar que Panamá, antigua provincia colombiana, tiene el mismo clima adverso, lluvioso y caluroso del Pacífico colombiano en tanto es una extensión geográfica del mismo. Por lo que es una vergüenza que Panamá, desde su separación se desarrolle y avance, en tanto nuestra zona pacífica colombiana se hunde en la deforestación, los destrozos de los mineros, la violencia, la baja politiquería, los antagonismos y el poder de los violentos y la mafias lugareñas.
Esa misma situación política-social, determina que el debate con los candidatos presidenciales convocado por el prestigioso diario El País, el Canal Regional Telelpacífico, Caracol Radio, Red Más Noticias y la Cámara de Comercio de Buenaventura, tuviese tan decisiva trascendencia. El candidato Iván Duque se disculpó de asistir por atender otros compromisos de campaña, una lástima por cuanto las expectativas por conocer su opinión eran inmensas. Ya sabremos qué opina al respecto.
En el resumen que pude oír del debate no supe de candidato alguno que tratara los temas macros del Pacifico, como el Canal de marras, que es una obra inaplazable y que se debe hacer con capital foráneo y nacional. Tampoco, de un plan concreto de reforestación para el Pacífico, clave para recuperar las zonas devastadas por el hombre y el mal uso del medio geográfico. Tal vez, esos temas se tratarán en otra ocasión.
El informe Lebret sostenía que el peor estallido social que podría sobrevenir en Colombia sería en Buenaventura, puerto signado por el desempleo, el atraso, la decadencia y abrumado por la incuria social. Esa explosión social no ocurrió, dado que las mafias, el mercado de la violencia, más los negocios ilegales de toda índole terminaron por imponer una economía subterránea multimillonaria, que contrasta con la miseria de la generalidad de los habitantes del puerto. Al fin y al cabo, Lebret fue uno de los más brillantes economistas de Occidente y no un adivino. Esa es la Colombia secreta de la periferia que ignora nuestra sociedad y de la cual la política se ocupa por accidente o no se profundiza.
Lo que alcance a oír del candidato Gustavo Petro mostró a un personaje ponderado, elocuente, que maneja unas cifras sobre la adversidad que presenta el atraso en la región y la voluntad política de privilegiar una política económico social en un eventual mandato suyo en los proyectos de desarrollo.
El candidato Sergio Fajardo reafirmó su vocación pacifista, así como mostró su visión como gobernante de Antioquia y su cercanía con los proyectos sociales en la región del Pacifico, en donde advirtió, como es obvio, que favorecería en su política a sus habitantes.
Algo similar hizo el candidato liberal Humberto De La Calle, quien recordó su contribución a la Carta del 91 en aspectos benéficos para la región, sin mencionar que por cuenta de la misma y la figura del “senador nacional”, el Chocó se quedó sin representación en el Senado. Algo que muestra la absurda inequidad política en Colombia.
El candidato Germán Vargas Lleras, cuya audiencia crece, se proyecta para una segunda vuelta con Duque, dado que Petro, por ahora, se estanca. La derecha sacó el 70% del Congreso y ese peso político-electoral será decisivo en las elecciones presidenciales. Vargas habló con mesura y responsabilidad presidencial, al destacar su contribución como el ministro del Interior y Justicia en la penalización del racismo, así como se refirió a su cuantiosa contribución ejecutiva a la infraestructura regional y el compromiso indeclinable con su población de vieja data.