El ideario de cambiar la dependencia policial del ministro de la Defensa levantó una gran polvareda, especialmente por ser un proyecto debatido de tiempo atrás en diferentes escenarios, y el señor Presidente al presentarlo de entrada en su programa de gobierno, generó posiciones enfrentadas y simpatizantes a favor o en contra del propósito, todo acompañado de un gran silencio del mando activo policial, lo que deja dudas y desconcierto para el país en general, que con curiosidad más que información, esperaba el resultado de este debate.
Un grupo representativo de personal retirado, en todos los grados y niveles, se manifestó en desacuerdo con la medida y abundaron las razones para enriquecer el debate, entre las que se desatacaron la urgencia de contar con una fuerza pública cohesionada y fuerte para encarar una mesa de diálogo con las diferentes organizaciones de armados ilegales que amenazan constantemente la paz y tranquilidad en diferentes sectores del país. Debatir una paz sin recursos armados que respalden las posiciones del gobierno sería un poco ilusorio y desatinado, pues no habría balance entre las partes negociadoras, además de mostrar fisuras internas que desorientarían a todos los participantes en una mesa de negociación, incluidos los países garantes.
Por otro lado, una decisión de esta envergadura demanda una serie de medidas y ajuste de toda índole, tanto legales como administrativos y operativos, que jugarían en contra de la integridad, filosofía y doctrina no solo de la institución Policía Nacional, sino de la Fuerza Pública en general. Además es bueno hacer historia y poner en conocimiento de nuestros conciudadanos que este debate ya se dio en otros escenarios y diferentes gobiernos, interesados en cambiar el rumbo actual del devenir policial, entre los que figura el señor expresidente Juan Manuel Santos, quien al finalizar un largo debate sobre el asunto reconoció, para satisfacción de los asistentes, que “en verdad la Policía Nacional debía salir de la égida del ministro de Defensa, pero cuando Colombia sea un país normal, donde reine la paz entre sus habitantes”. De manera que el tema hoy está agotado y debe pasar al congelador, ojalá por poco tiempo, dándole paso a la anhelada paz.
Por último y para fortuna patria, en señor Director de la Policía Nacional, Mayor General Henry Armando Sanabria, en entrevista concedida al periodista Yamid Amat para el diario El Tiempo, fue claro y enfático en afirmar que la institución policial debe seguir dependiendo del señor Ministro de la Defensa, apoyando y reafirmando la unidad de la Fuerza Pública en una sola cabeza ministerial, sin alterar la naturaleza y carácter civil de la institución, ni violentar su doctrina. Manifestación del Director oportuna y pertinente, pues fija claridad sobre el pensamiento del mando actual.