En cierta forma, nos hemos venido acostumbrando a que los colombianos se destaquen en diversos deportes y aparezcan en las primeras páginas de los diarios de campeones, como ocurre con los futbolistas, atletas, pesistas, ciclistas, y tenistas, entre otros. Más lo que no imaginamos nunca es que, de improviso, apareciéramos en las noticias mundiales como el país campeón en corrupción oficial. Esa ha sido una terrible sorpresa.
Al revisar la naturaleza de la encuesta encontramos que la hace una entidad internacional que pregunta a más de 20.000 personas para auscultar su opinión, suponemos que de una manera científica y con las debidas repreguntas para evaluar los resultados. Asunto que se trata en el Índice de Percepción de la Corrupción publicado por US News, en el cual por vez primera Colombia sobrepasa a México, país que había liderado las malas mañas en el Continente desde los tiempos de la revolución y la consiguiente dictadura del PRI.
Según estiman los acuciosos investigadores al servicio de dicho organismo, donde se refieren en lo esencial a la corrupción que genera el mal uso de los dineros públicos, cuando estos van a parar de manera corrupta a los bolsillos de los particulares para engrosar fortunas mal habidas. Mal que se da en todo tipo de regímenes, incluso en los tiempos del comunismo utópico en la Unión Soviética.
Sin embargo, los estudios que hacen en este momento se refieren, por lo general, a países en los cuales se gobierna por el sistema democrático. Ensayos aparecidos en revistas especializadas de los Estados Unidos, apenas de manera ocasional, se refieren a los estimados multimillonarios de fortunas como la de Fidel Castro y los jerarcas soviéticos y de otros países. Quizá por lo que es más difícil conocer de sus cuentas en Europa Oriental o Asia.
Son escasos los informes sobre el despilfarro de los fondos estatales en países con regímenes de izquierda, en cuanto los mismos periodistas que informan sobre los abusos del establecimiento suelen mostrarse parcos cuando se trata de la burocracia de oficial de izquierda.
No sabemos exactamente como dedujeron que Colombia es la más corrupta del mundo, tal como señala el informe. Lo que desde luego tiene que ver con el hecho que en el país la extensión de los cultivos ilícitos es sorprendente, en cuanto supera todos los cálculos y consigue que hasta los antagonistas de distinto signo trabajen para los carteles mejicanos. Los que están en contra de la ley y, en ciertos casos bochornosos, los que la representan. Por supuesto, nada de eso registra dicho informe.
En las conclusiones de ese trabajo se llega a la cifra de 14 billones, como el monto total de la corrupción en el país. Lo que para algunos expertos significa muchísimo en las alforjas de los delincuentes de cuello blanco y los rurales, para comprar la impunidad. Es la impunidad la que permite que se multiplique el delito y que se vuelva un mal toxico e imparable. La cual no puede existir sin jueces que reciban el dorado metal y autoridades que llenen sus alforjas de dinero mal habido. Lo que contrasta con la calidad de funcionarios impolutos que hemos conocido en el país, en donde, desde luego, algunos pajarracos de cuenta están en la política en exclusiva para asaltar los fondos públicos, por lo que se valen de sus contactos con la administración pública y los jueces para lograr sus proditorios objetivos en la casi impunidad.
Más así como tenemos funcionarios corruptos en el poder judicial, incluso algunos que han presidido altas cortes, contamos con campeones de la honorabilidad, respetabilidad y sapiencia entre nuestros funcionarios judiciales y la burocracia.
Es de aclarar que el informe no se refiere a las actividades del presidente Iván Duque, cuya honorabilidad, desprendimiento y combate contra los corruptos es reconocido. Por supuesto, ya los que protestan en las calles aupados por la izquierda se refieren al gobierno más corrupto de la historia en Colombia.
Si algo distingue al presidente Duque es su esfuerzo por rodearse de los mejores elementos y exigir a las autoridades que combatan las diversas modalidades del crimen y los delitos en el país.
Se dice, también, que el gobernante no le da importancia a los crímenes contra los líderes cívicos y locales. Esa es otra falacia. Duque es uno de los gobernantes con mayor sensibilidad social, que suele visitar a las víctimas de la violencia sin mirar su signo político, si lo tienen.
Iván Duque es un presidente obsesivo de seguir las pautas de la democracia y trata de responder al clamor social y de derrotar la injusticia. Por supuesto, dentro del marco legal que le confiere la Constitución. Muy seguramente se preocupa más por combatir la corrupción que los que grita por las calles ¡abajo el gobierno!, con la pretensión de torcer la voluntad del presidente y llevarlo a que asuma las directrices de la izquierda, algo que no va ocurrir. Es posible que el mismo informe no sea tan imparcial, lo que se aclarará cuando se conozca más a fondo la encuesta y su interpretación.