Los medios informan en Cartagena del encuentro en la Casa del Marqués de Valdehoyos, entre la canciller María Ángela Holguín y el Secretario de Estado del Departamento Federal de Asuntos Exteriores de Suiza, Yves Rossier. La canciller hizo entrega solemne “al secretario del séptimo ejemplar, del Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera', que se depositará ante el Consejo Federal Suizo en Berna o ante el organismo que lo sustituya en el futuro como depositario de las Convenciones de Ginebra”. Dicho acuerdo, dentro de los movimientos de ajedrez de los golpistas de La Habana, debía entrar a formar parte del bloque de constitucionalidad.
El cerebro negociador de las Farc, Enrique Santiago, afirma tras conocer la derrota electoral del plebiscito: "Para mí no lo hace inmodificable, lo hace inmodificable para el derecho internacional. No hay más que ver, el tratado de Viena sobre el Derecho de los Tratados, y no hay más que ver, el artículo 3 común de las Convenciones de Ginebra. Donde las partes, voluntariamente y de mutuo acuerdo, alcanzan un acuerdo, pues impera el principio de pacto sucedáneo, es decir, lo que se firma se cumple. Eso es una realidad".
Y agrega Santiago: “acuerdo alcanzado ya tiene un valor jurídico". Puesto que "así ha sido establecido por la voluntad de las partes”. Santiago, además, sostiene que de varios factores "depende" que el acuerdo sea renegociable, pues "lo único claro es que el plebiscito impide que entre en vigor, de momento, el Acto Legislativo para la Paz. Ello debe modificarse para que pueda entrar en vigor y puedan tramitarse los contenidos del Acuerdo".
A su vez, el Congreso de Suiza declara ahora que el documento que entregó la canciller Holguín carece de validez, por ser una copia y haber sido derrotado en las urnas, por tanto no obliga ni se corresponde con los acuerdos de Ginebra.
Y agregó Santiago, antes de conocer ese evento negativo: ”Si hay buena voluntad, los problemas políticos se arreglan con soluciones políticas, no jurídicas. Los del No deben reflexionar que cualquier pequeña modificación en el Acuerdo no va a afectar a una de las partes, cualquier modificación va a afectar a las fuerzas militares y otros tipos de participantes en el conflicto", dijo el togado español”.
Esas declaraciones se tornan premonitorias cuando nos enteramos que en al segundo acuerdo entre las Farc y el Gobierno, se introdujo un mico en el cual se permite por el Tribunal estalinista que acuerdan las Farc con los delgados del gobierno de Juan Manuel Santos, que los militares pueden ser juzgados por ese novedoso Tribunal sin antecedentes en nuestra organización jurídica ni otros países de Occidente. Nadie sabe cómo los negociadores de Santos dejaron pasar esa perla. Fórmula que, al parecer, se retira en último minuto, pero que a juicio de los expertos no altera en nada el poder del Tribunal que puede llamar a civiles a declarar contra los militares y después citar a los involucrados. En especial, en cuando al Tribunal compete darse su propio reglamento, en donde se puede repetir lo que ocurrió con la convocatoria a la Asamblea Constitucional, que al reunirse se transformó en Asamblea Constituyente, con las consecuencias conocidas.
La trama de la jugada de ajedrez para imponer el acuerdo en el bloque de constitucionalidad se derrumba, por lo que intentan al modo chavista en el Congreso ir a la refrendación del nuevo texto (el mismo de antes con algún maquillaje) , en contra de la voluntad popular expresada en las urnas. E
El golpe de Estado con anestesia orquestado por Enrique Santiago y sus acólitos en cámara lenta y con apoyo de sutiles jugadas de ajedrez que confunden a los negociadores oficialistas, se truca en una componenda grosera de apostadores de tejo, donde lo que importa es hacer retumbar la mecha en el Congreso y salir en los medios como “arcángeles” de paz y servidores ditirámbicos del Gobierno en la ominosa tarea de transgredir la Constitución.