Editorial | El Nuevo Siglo

*El doloroso caso de la Orinoquia

*Sinceramiento de la realidad colombiana

Algunos  ambientalistas y analistas han sostenido, en días pasados, que Colombia sufrió un desplome al puesto 85 en desempeño ambiental durante los últimos años, acorde con el índice de la Universidad de Yale.

Desde el momento que se consagra en Occidente la representación popular se fortalece el ejercicio pleno de la  legitimidad en democracia consagrada en la Constitución Política, puesto que el constituyente primario se convierte en titular de la misma, bajo el precepto de poder elegir y ser elegido.

Si  bien Colombia siempre ha sido señalado como un país que tiende a sufrir de lo que los expertos llaman “inflación legislativa”, lo cierto es que así como hay sobreproducción de leyes para regular determinados aspectos políticos, económicos, sociales e institucionales, también existen otros campos en donde se hace evidente que la normatividad vigente está desueta o simple y llanamente no cumple con el objetivo disuasivo ni sancionatorio que debería.

Lo más valioso que existe en la Tierra y quizá también en otros astros es un compuesto químico de hidrógeno y oxígeno, que en la naturaleza se halla en estado líquido: agua (fórmula H2O). En las grandes masas se torna de tonos verde azulados, como en la inmensidad de los océanos.

El  comportamiento de la economía en 2013 de 4,3 por ciento confirmó las perspectivas que ya se venían planteando por parte de diversas fuentes acerca del rendimiento del Producto Interno Bruto, PIB.