Editorial | El Nuevo Siglo
Aunque débil, El Niño impactará
No relajar planes de contingencia
El  lamentable caso del suicidio de un joven estudiante puso, de nuevo, sobre la agenda nacional el preocupante caso del “matoneo” en los establecimientos educativos. Incluso, una investigación de la Maestría en Educación de la Universidad de La Sabana concluyó que el 47% de los alumnos en la Sabana de Bogotá ha sido agredido física o verbalmente por otro compañero de clase.
*Atajar cierto hálito pesimista
*No solo impuestos; también apretón
 
Entre los grandes artistas colombianos se destaca esta pintora y escultora que por su creatividad y estilo peculiar desde temprano en su carrera se destacó fuera de nuestras fronteras y particularmente en los Estados Unidos. De allí el inmenso vacío que dejó su fallecimiento en Bogotá la semana pasada.
 
En su obra resaltó muchos aspectos de la vida colombiana que transmite con la mayor plasticidad y vivos colores, en donde muestra lo exótico de nuestro país.
Se radicó la semana pasada el nuevo proyecto de reforma al sistema de equilibrio de poderes que, en el fondo, lo que trata es de restablecer el modelo de pesos y contrapesos institucionales que se afectó tras la aprobación en 2004 de la reelección presidencial.
La vida de hoy difiere de la de otras épocas. Es acelerada y la competencia es dura. Todos van tras el éxito y en esa emulación pasan por encima del que se cruce en el camino. Como la aspiración de muchos es el dinero y el poder, el esfuerzo se concentra en ese propósito. Solo unos pocos lo alcanzan, quienes no lo logran pueden sumirse en el pesimismo y la desesperanza. La civilización actual tiende al culto de lo material, de la ostentación. Ese es el modelo de la sociedad de consumo.
Está próxima la fecha fatal que recuerda los fatídicos ataques de alienados en el propio territorio norteamericano, el 11 de septiembre de 2001. Jamás se imaginaron ni siquiera guionistas de películas violentas que se utilizarían como misiles aviones comerciales. En efecto los terroristas se apoderaron de aeronaves con sus pasajeros y las lanzaron sobre objetivos previamente escogidos, como el edificio del Pentágono, las Torres Gemelas, en Nueva York.