Entre la ley y la cultura
Como si fueran caminos paralelos, o peor aún, divergentes, la ley y la cultura sólo se cruzan cuando algo genera un click, un fuerte punto de quiebre que permite que las leyes cobren sentido humano, se metan en la piel e intervengan en el comportamiento.
Las leyes se escriben en recintos cerrados, y las firman y sancionan las doctas autoridades de turno. Las leyes son un requisito y una creación de las sociedades en busca de civilización.