Una de las siete maravillas del mundo moderno y principal atracción turística de Brasil, convertido en inspiración de grandes artistas y en un símbolo que trascendió lo religioso, festeja el miércoles 80 años de brazos abiertos.
La estatua de 38 metros de altura, contando su pedestal, está ubicada en la cima del morro del Corcovado, a 710 metros de altura sobre el nivel del mar y rodeado de la inmensa floresta de Tijuca. Recibe más de un millón de visitantes anuales.