La crisis desatada a raíz de la muerte de su fundadora Fanny Mikey quedó finalmente conjurada y las aguas volvieron a su cause natural: a la cabeza de la organización quedó Ana Martha de Pizarro, que era la mano derecha de Fanny y, lo más importante, que el Teatro Nacional y el festival volvieron a ser lo que fueron desde el primer momento, una sola cosa.
La crisis desatada a raíz de la muerte de su fundadora Fanny Mikey quedó finalmente conjurada y las aguas volvieron a su cause natural: a la cabeza de la organización quedó Ana Martha de Pizarro, que era la mano derecha de Fanny y, lo más importante, que el Teatro Nacional y el festival volvieron a ser lo que fueron desde el primer momento, una sola cosa.