SÍ, el festival tiene mil caras, que van desde el circo y la danza hasta la vanguardia. Pero hay una faceta de la que no se puede prescindir; los clásicos. Que son ese puñado de obras, y autores, que son la base de la pirámide: los antiguos griegos, los españoles del siglo de oro, los franceses del XVII y el XVIII, Ibsen, Wilde y sobretodo Shakespeare: un festival de teatro sin Shakespeare ni es festival ni es de teatro.