El mundo siguió girando ayer pese a la angustia de unos y a las bromas de la mayoría por los pronósticos apocalípticos que surgieron de un cambio de Era en el calendario maya que, al final, se celebró, entre la espiritualidad y la curiosidad turística en sitios arqueológicos de Centroamérica y México.
El mundo siguió girando ayer pese a la angustia de unos y a las bromas de la mayoría por los pronósticos apocalípticos que surgieron de un cambio de Era en el calendario maya que, al final, se celebró, entre la espiritualidad y la curiosidad turística en sitios arqueológicos de Centroamérica y México.