Por Emilio Sanmiguel
Especial para El Nuevo Siglo
Artur Pizarro aparece en el escenario con esa informalidad de “es que pasaba por aquí y aprovecho para tocar algo en el piano” Viste informalmente, lo que para una mañana de domingo no debería escandalizar y lleva en su derecha un lector electrónico de partituras, que con ese mismo desparpajo instala en el lugar del atril del piano y luego se arrodilla para ubicar una especie de pedal que maneja con su pie izquierdo para pasar las páginas.